HISTORIA DEL CALZADO DE SEGURIDAD

 

El calzado tiene milenios ayudando a la humanidad a proteger los pies contra la intemperie y el terreno, pero ¿sabes cuánto tiempo tiene proporcionando protección de grado industrial a los trabajadores? El día de hoy lo descubriremos.

Cuando la economía del mundo era mayoritariamente agrícola y ganadera los trabajadores del campo usaban zuecos o botas de cuero para protegerse de pisotones o mantener sus pies lo más secos posible, cuando comenzó la revolución industrial la gente comenzó a utilizar este tipo de calzado para realizar actividades propias de la industria, sin embargo, este tipo de calzado resultó ser insuficiente para proteger al personal por lo que los accidentes estaban a la orden de día.

Desde que en el s. XIX en Inglaterra se comenzó a regular la industria en materia de seguridad personal promoviendo compensaciones a empleadores que mejoraran las condiciones de sus trabajadores se comenzó a desarrollar el calzado de protección. Para finales del s. XIX muchos sectores ya habían comenzado a industrializarse por lo que el desarrollo del calzado industrial comenzó a expandirse a diferentes áreas entre las que destaca el ejército.

La llegada de la Segunda Guerra Mundial propició la creación de la bota con casquillo que se sigue utilizando hasta el día de hoy.

Como era de suponerse, las primeras versiones del calzado de seguridad eran bastante pesados e incómodos, en parte debido a los materiales de fabricación y en parte a que no existía ningún marco regulatorio que protegiera al empleado y viera por su comodidad durante el desempeño de su trabajo.

Gracias a la modernización y a la aparición de nuevos materiales comenzaron a desarrollarse diferentes modelos del calzado específicos para cada industria o trabajo en particular. Así pues, tenemos calzado con casquillo de plástico o fibra de vidrio, además del clásico acero; calzado dieléctrico, impermeable, antiderrapante, antiestático, etc.