ROPA ANTIESTÁTICA UN EPP DE IMPORTANCIA
Hace unos posts atrás revisamos los tipos de ropa de protección que existen
y mencionamos la ropa antiestática, hoy en este artículo revisaremos la
protección que proporciona este EPP y la importancia de su uso.
Los riesgos de ignición debido a la acumulación de cargas eléctricas, origen de incendios y explosiones, pueden ser identificados y controlados. En general, se puede decir que para que exista este riesgo son necesarias cinco condiciones:
La “sensibilidad” de la atmósfera vendrá caracterizada principalmente por la energía mínima de ignición (EMI) de la sustancia. Un EMI bajo implica que hace falta muy poca cantidad de energía para que la atmósfera se inflame. La cantidad de oxígeno contenido en la atmósfera, así como la presión, influyen sobre el valor del EMI necesario para que se produzca la ignición.
Cuando una persona cargada toca un objeto conductor, como puede ser la manija de una puerta, una barandilla o un contenedor metálico, puede descargarse originando una chispa en el punto de contacto. Dependiendo de la energía que se libere en esa descarga, puede producirse la ignición de gases, vapores e incluso polvos. Por tanto, es muy importante evitar que el trabajador se cargue electrostáticamente cuando trabaje en atmósferas potencialmente explosivas, para impedir la posible formación de chispas que pudieran ser origen de un incendio o explosión.
Para asegurar una protección total y correcta, la ropa antiestática debería cubrir de forma completa la ropa que se lleve debajo y no desabrocharse en ningún momento mientras exista riesgo.
La acumulación de carga eléctrica “descontrolada” puede ser un problema
en muchos sectores de la industria, pero en particular, en aquellas situaciones
en las que estén presentes materiales altamente inflamables.
Los riesgos de ignición debido a la acumulación de cargas eléctricas, origen de incendios y explosiones, pueden ser identificados y controlados. En general, se puede decir que para que exista este riesgo son necesarias cinco condiciones:
• Atmósfera
potencialmente explosiva
• Generación de
carga
• Acumulación de
carga
• Descarga electrostática
• Suficiente
energía de descarga
Si todas estas condiciones existen, el riesgo de ignición está presente
y si se consigue eliminar alguna de dichas condiciones, el riesgo desaparece.
Sólo algunas atmósferas explosivas son suficientemente sensibles para ser
inflamadas por una descarga electrostática. Estas atmósferas suelen estar
formadas por gases, vapores disolventes o polvos finos combustibles. También
son muy sensibles a la ignición electrostática los materiales explosivos y
sustancias en presencia de atmósferas enriquecidas de oxígeno.
La “sensibilidad” de la atmósfera vendrá caracterizada principalmente por la energía mínima de ignición (EMI) de la sustancia. Un EMI bajo implica que hace falta muy poca cantidad de energía para que la atmósfera se inflame. La cantidad de oxígeno contenido en la atmósfera, así como la presión, influyen sobre el valor del EMI necesario para que se produzca la ignición.
Para evitar un posible incendio, se deben tomar algunas medidas entre
las que se encuentran la obligatoriedad del empresario de clasificar en zonas,
las áreas en las que pueden formarse atmósferas explosivas, así como la de
establecer, unas medidas de protección teniendo en cuenta el riesgo de ignición
derivado de las descargas electrostáticas producidas por los trabajadores.
Para evitar dichas descargas, plantea proveer a los trabajadores de
calzado antiestático y ropa de trabajo adecuada.
Carga y descarga
del trabajador.
El movimiento de un trabajador puede constituir un mecanismo de
generación de cargas en la industria, siendo asimismo posible, su carga por
transferencia a partir de un objeto próximo cargado electrostáticamente.
A modo de ejemplo,
se indican a continuación algunas de las situaciones que pueden ser causa de
que un trabajador se cargue electrostáticamente:
• Andar por un
suelo.
• Levantarse de un
asiento.
• Cambiarse la
ropa.
• Manipular
plásticos.
• Verter o recoger
material cargado en un contenedor.
• Permanecer cerca
de objetos altamente cargados, por ejemplo, una cinta transportadora.
Independientemente de la forma en que se haya generado esa carga, el
problema lo constituye su acumulación por dos motivos; uno porque el trabajador
es móvil y puede transportar potenciales peligrosos a zonas de riesgo y el que
nos ocupa, porque las propiedades dieléctricas de la piel humana, puede
provocar descargas con energías de activación suficientes.
Cuando una persona cargada toca un objeto conductor, como puede ser la manija de una puerta, una barandilla o un contenedor metálico, puede descargarse originando una chispa en el punto de contacto. Dependiendo de la energía que se libere en esa descarga, puede producirse la ignición de gases, vapores e incluso polvos. Por tanto, es muy importante evitar que el trabajador se cargue electrostáticamente cuando trabaje en atmósferas potencialmente explosivas, para impedir la posible formación de chispas que pudieran ser origen de un incendio o explosión.
La capacidad del
cuerpo humano de acumular carga eléctrica se debe fundamentalmente a la
actuación de la piel.
Por lo tanto, un primer factor importante para evitar la acumulación de
carga peligrosa sobre el cuerpo del trabajador, es ajustar los valores de
resistencia calzado/suelo. Si una persona se encuentra aislada del suelo, ya
sea por llevar zapatos con suelas aislantes o porque se encuentra sobre un
suelo con poca o ninguna conductividad, puede fácilmente acumular carga.
Es muy importante evitar que las personas acumulen cargas eléctricas
cuando trabajen en atmósferas potencialmente explosivas, para impedir la
posible formación de descargas electrostáticas que pudieran ser origen de un
incendio o explosión. La forma de evitarlo es básicamente asegurando, en primer
lugar, que el suelo tenga un nivel adecuado de conductividad y, en segundo
lugar, que los trabajadores lleven calzado y ropa de trabajo antiestática.
El calzado y la ropa de trabajo que se suministre a los trabajadores
expuestos a los riesgos derivados de atmósferas explosivas, para permitir la
disipación de las cargas eléctricas que pudieran acumularse en ellos.
El término “antiestático” es con frecuencia malentendido. Un material
antiestático, en el contexto que nos ocupa, es aquel incapaz de retener una
carga eléctrica significativa cuando está conectado a tierra, lo cual no
implica que no se cargue sino que permite que la carga se disipe a tierra a
través de él. Así cuando se habla de calzado o ropa de trabajo antiestática, se
hace referencia a equipos con propiedades disipativas, es decir, conductoras
dentro de unos márgenes.
Calzado de
seguridad.
Existen dos tipos de calzado para conectar las personas a tierra,
evitando que se carguen electrostáticamente: calzado antiestático y calzado
conductor.
El calzado antiestático tiene un límite superior y otro inferior de
resistencia. El límite superior es lo suficientemente bajo como para evitar la
acumulación electrostática en la mayoría de las situaciones y el límite
inferior, ofrece cierta protección en el caso de contacto eléctrico accidental.
El calzado antiestático se debería utilizar cuando sea necesario minimizar la
acumulación electrostática mediante la disipación de las cargas, pero el riesgo
de choque eléctrico no se ha eliminado completamente.
Este tipo de calzado es adecuado para uso general.
Ropa de protección
La ropa antiestática es aquella que no
retiene la carga electrostática y la disipa a tierra.
Para asegurar una protección total y correcta, la ropa antiestática debería cubrir de forma completa la ropa que se lleve debajo y no desabrocharse en ningún momento mientras exista riesgo.
Además de forma complementaria, es
interesante que la prenda tenga también propiedades ignífugas, ya que el hecho
de que no sea la causante del incendio no evita que éste pueda producirse por
otras circunstancias dado que estamos hablando de entornos de riesgo.
En general, aunque la ropa pueda cargarse electrostáticamente no
supondrá por sí misma un riesgo de ignición siempre y cuando el trabajador esté
conectado a tierra mediante el suelo y calzado adecuados. No obstante, siempre
habrá que tener en cuenta los casos especiales (como el caso de los gases tipo
IIC, procesos que generen mucha carga, etc.).
Comentarios
Publicar un comentario