ORIGEN DEL EXTINTOR

Hay inventos que llegaron para cambiar el mundo para bien y que merecen que contemos su historia; el extintor, es un gran invento que ha salvado miles de vidas, y en agradecimiento hoy conoceremos su origen.


La invención del extintor portátil moderno se le puede atribuir al capitán George William Manby en el año 1819 este dispositivo consistía en un recipiente de cobre de 3 galones, aproximadamente 13.6 litros, el cual contenían en su interior una solución comprimida de carbonato de potasio.

A finales del s. XIX se inventó el extintor de ácido y sosa donde un cilindro contenía 1 o 2 galones de agua mezclada con bicarbonato de sodio. Suspendido dentro del cilindro había un vial, pequeño recipiente de cristal, que contenía un concentrado de ácido sulfúrico. El vial se podía romper de dos maneras dependiendo del tipo de extinguidor. Una forma involucraba el uso de un émbolo que reventaba el vial, mientras que en la segunda manera se removía un tapón de plomo que mantenía cerrado el recipiente. Al momento de que el ácido se mezclaba con el bicarbonato dióxido de carbono era liberado lo que provocaba que el agua se presurizara. De esta forma el agua era forzada a salir del contenedor a través de una pequeña manguera con boquilla mientras el ácido era neutralizado por el bicarbonato de sodio.

Alrededor de 1912 la compañía Pyrene comenzó a utilizar tetracloruro de carbono, almacenado en recipientes de latón o cromo el cual era expulsado de forma manual. Estos contenedores venían en presentaciones de un cuarto imperial (1.1 l), una pinta (550 ml) o incluso se llegaron a comercializar tamaños de hasta 2 galones (9 l). La función del CCl4 era vaporizar y extinguir el fuego interrumpiendo su reacción química. Este tipo de extintores podían ser utilizados contra fuegos provocados por líquidos y electricidad. Fueron muy populares para uso en automóviles durante los siguientes 60 años. Sin embargo el vapor y los derivados de la combustión eran altamente tóxicos por lo que lamentablemente hubo muertes al utilizar este tipo de productos en lugares confinados.



En 1959 aparecieron los extintores de agua acumuladores de presión, que a lo largo de 10 años fueron reemplazando gradualmente a los modelos de cartucho llamados también de inversión. 

En 1969 se interrumpió en Estados Unidos la fabricación de todos los extintores de inversión, que ya no se certificaban o aprobaban por los laboratorios de ensayos. El primer extintor de espuma apareció en 1917 y su aspecto y funcionamiento se parecen muchos a los extintores de ácido y sosa. Su empleo se extendió progresivamente a lo largo de los años, hasta que en los 50 los extintores de polvo alcanzaron una amplia aceptación.

Los extintores de espuma consistían de dos cilindros, el cilindro principal lleno del químico que produce la espuma, mientras que el segundo cilindro contenía un segundo compuesto que reaccionaba al contacto con la solución del primer contenedor. Para operarlo se debía colocar el extintor boca abajo para permitir que las dos soluciones se mezclaran después se colocaba el dedo sobre la boquilla de descarga y se sacudía el dispositivo para asegurar que la solución se haya mezclado correctamente y después se procedía a extinguir el fuego.
 

Actualmente se describe al extintor como “un aparato autónomo, diseñado como un cilindro, que puede ser desplazado por una sola persona y que usando un mecanismo de impulsión bajo presión de un gas o presión mecánica, lanza un agente extintor hacia la base del fuego, para lograr extinguirlo”.

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